Maria parado de bellido
nació
en Huamanga, luego denominada Ayacucho, en la sierra sur del Perú. Sin embargo,
el sacerdote Carlos Cárdenas afirmó haber descubierto su partida de bautizo en
la parroquia de Cangallo, donde habría nacido, para ser más exactos, en el
actual distrito de Paras. Tampoco hay consenso en cuanto al año de su
nacimiento. Unas fuentes lo sitúan en el año de 1777 y otras en el de 1761.
Pero, curiosamente, todas coinciden en la misma fecha: 5 de julio.
Sus
padres fueron Fernando Parado, criollo de ascendencia altoperuana, y Jacinta
Jayo, mujer indígena.
Su
infancia no recibio instrucción y solo
se preparaba para las tareas conyugales.
Labor por
la causa libertadora
Ocupada Lima por el Ejército Libertador comandado
por el general José de San
Martín y proclamada la independencia del Perú en 1821, los realistas, al mando del virrey José de la Serna, se replegaron a la sierra, mientras que la
mayoría de las ciudades de la costa se sumaban a la causa patriota. También en
la sierra central crecía la adhesión a la causa de la libertad, representada
por los montoneros. La Serna se estableció en el Cusco, en la sierra sur, que se convirtió en el bastión
de los realistas, cuyas fuerzas estaban mayormente formadas por indígenas
reclutados a la fuerza. Desde el Cusco, La Serna envió a sus fuerzas hacia la
sierra central, para que sometieran a los “insurgentes”, como denominaba a los
patriotas. Estas fuerzas de represión estaban comandadas por el general José Carratalá y el coronel Juan
Loriga. Carratalá se
encargó de la represión en las actuales provincias de Parinacochas, Lucanas y Huamanga, labor que la realizó de una manera despiadada.
Pueblos enteros fueron incendiados y arrasados, y sus pobladores masacrados.
Uno de esos pueblos fue Cangallo.
Carratalá
estableció su cuartel en la ciudad de Huamanga. Uno de sus objetivos era
enlazar con las fuerzas realistas que combatían a las fuerzas patriotas en Ica (costa central), pero enterado de la derrota de
estos en la batalla de
La Macacona (cerca de Ica),
permaneció en Huamanga y concentró todos sus esfuerzos en exterminar a las
guerrillas de Quirós, en las que militaban el esposo y los hijos de María
Parado de Bellido.
Apresamiento
Aunque la misiva
descubierta solo estaba firmada con el segundo nombre de la heroína, los
realistas pronto identificaron quien era la remitente. Descubierta entonces,
María fue apresada el 30 de
marzo en Huamanga y
sometida a intenso interrogatorio para que delatara a los patriotas
comprometidos. Carratalá no dudó incluso en aplicarle la tortura. Pero ella se
negó rotundamente a dar nombres y dio reiteradamente la misma respuesta: «¡Yo
la escribí!» Finalmente, Carratalá ordenó su fusilamiento.
Martirio
Custodiada por
fuerzas de la guarnición realista, María fue llevada en procesión en torno a la
plaza huamanguina y en cada esquina un oficial leyó el bando de la sentencia dictada por Carratalá,
justificando su acción «para escarmiento y ejemplo de los posteriores por
haberse rebelado contra el rey y señor del Perú». Luego fue conducida a la
pampa o plazuela del Arco donde le esperaba el pelotón de fusilamiento. Después
de ser amonestada por última vez, para que revelara el secreto, prometiéndosele
la vida, rechazó la proposición sin vacilar. Y resignada a sufrir el último
suplicio, se arrodilló y esperó la muerte con la mirada dirigida al cielo. Al
momento de su martirio tenía más de 60 años.
Se cuenta que su
cadáver fue sepultado de limosna por los frailes mercedarios en su templo, a pocas cuadras del lugar de
fusilamiento, mientras sus hijas quedaron abandonadas a su suerte y hallaron
refugio en una iglesia. Luego surgieron varias versiones confusas sobre su
familia. Lo único verificable es que Simón Bolívar estableció una pensión de gracia para las hijas
sobrevivientes de la heroína, pero no se sabe la suerte que corrieron su esposo
y sus hijos que participaron en las montonera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario